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Atreviéndose a soñar desde un rincón en el Caribe

O la historia de Elina (hasta el momento).

Contarse a una misma a veces es complicado. Es un ejercicio de conciencia para poder verse, aunque sea por un momento, desde afuera. ¿Cómo expresar casi 30 años de vivencias sin caer en extremos, en el autoelogio o la parquedad? Es difícil, pero para presentarte mi historia, tengo que empezar por reconocerla.

Mi camino se empieza a escribir en 1993. Vengo de “un país oriundo de la noche”, llamado República Dominicana. Soy dominicana, hija mayor de un matrimonio de administradores.

Cuando tenía 5 años nació mi única hermana, Karen, y con ella también nació mi inspiración para tratar de ser ejemplo a seguir. Constantemente me pregunto si mis acciones le están abriendo las puertas a ella y a otras jóvenes para que tengan más oportunidades.

Desde muy pequeña me ha indignado la injusticia. Enfrenté bullying desde que estaba en 4to grado hasta que culminé la escuela y entiendo, de primera mano, lo doloroso que es vivir burlas, rechazos y exclusión. Esto me sensibiliza a trabajar por construir un presente más empático.

Esa construcción la hago desde mi mente y mi voz. Mi experiencia personal, académica y profesional ha determinado mucho de la Elina en la que me he convertido. Empecé a estudiar Derecho a los 16 años, convencida de que eso me daría las herramientas para comprender y promover la justicia social. Encontré en esta carrera una forma de poner mis talentos, mi pasión y mi propósito en práctica, día tras día.

Me convertí en abogada Summa Cum Laude con 20 años y dos años después, comencé mi Maestría en Derecho Internacional Público, con una Concentración en Derechos Humanos, como Chevening Scholar. Fui la única mujer latina de mi promoción y me gradué Summa Cum Laude.

Lo aprendido en la academia y todo lo que aplico como profesional, lo hago para generar cambios tangibles y sustanciales frente a las desigualdades. Mi gran propósito es construir un mundo más justo y lo he venido haciendo desde mis primeros pasos en los derechos humanos como Directora Ejecutiva del capítulo dominicano de COLADIC, un think tank regional de Derecho Internacional y Derechos Humanos; como Encargada de Desigualdades Políticas para República Dominicana en OXFAM; como investigadora para políticas migratorias, en políticas educativas, trabajando en el litigio de casos de Derechos Humanos ante cortes internacionales y como consultora. Actualmente, ocupo el cargo de Encargada de Campañas para el Caribe de Amnistía Internacional.

Mi mamá siempre dice que siempre fui una adelantada a mi edad, que siempre iba volando a mis tiempos. Quizás lo de volar no podía ser literal y por eso opté por otras formas de movimiento: el baile ha sido una de mis maneras de alzar el vuelo, es un gran liberador para mí.

Son muchas las cosas que me apasionan, como saber que estoy contribuyendo a generar un impacto positivo en favor de que más personas puedan vivir sus derechos. También me fascina mantenerme siempre aprendiendo, conocer otras ideas y formas de ver la vida. Quizás por eso me apasionan los libros, los idiomas y viajar; tanto, que hablo tres idiomas, conozco 21 países y llevo una mini-biblioteca personal a donde sea que me lleve este andar. Me ilusiona mucho crear espacios diversos, construir comunidades inclusivas, conectar con otres. Pero, sobre todo, me apasionan las causas en las que puedo alzar mi voz, como lo son los temas de migración, género, comunidades afrodescendientes o personas que viven en situaciones de vulnerabilidad y desigualdad.

Si me pudiera definir en pocas líneas, primero diría que estoy en (de)construcción y que abrazo mi andar en el camino. Además, soy hija del Caribe, afro-latina y feminista interseccional. Ni en mis sueños más locos pensé que estaría donde estoy hoy, pero agradezco cada persona que me ha formado, cada comunidad a la que he pertenecido, cada historia de vida que me ha inspirado y cada oportunidad que he tenido de seguir construyendo un mundo más justo.