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Cómo visitar cenotes cerca de Mérida, Yucatán

Diarios de Yucatán: Conociendo el Anillo de Cenotes

Apenas llevábamos una semana de cuatro en Yucatán y ya no aguantábamos el calor. Ese domingo, la prensa local anunció que esa semana habría altos niveles de temperatura. El lunes, hizo 40 grados Celsius. 

Una cree que porque viene del Caribe, aguanta sol. Pero hay niveles y tipos de calor en esta vida y el de Yucatán, es especial. Hay viento, pero muchas veces es caliente. El sol resplandece como comandando todo bajo su fuerza. Y a una solo le queda resguardarse como pueda.

Braveamos la semana de trabajo con la ilusión de que el fin de semana prometía. Ese viernes, nos pasaríamos el día entero nadando en cenotes, que son pozos naturales, normalmente conectados a ríos de aguas subterráneas. 

En Yucatán, hay más de 6,000 cenotes. ¿Por qué hay tantos? Una teoría tiene que ver con la caída del meteorito de Chicxulub: se cree que el meteorito que destruyó a los dinosaurios hace millones de años cayó aquí, cerca de Yucatán, y que el impacto generó la creación de múltiples cavidades y cambios de agua que una zona especial donde, con el tiempo, se formaron los cenotes. 

Durante nuestro viaje, recorrimos 13 cenotes en total. Aquí te cuento más sobre una zona especial, que se llama “Reserva Geohidrológica Anillo de Cenotes” y adonde fuimos para matar el calor esa semana. Es ideal para visitar varios cenotes en un mismo día. Coordinamos para irnos a Homún, el epicentro de toda la zona.

Las entradas a los cenotes suelen ser de esta manera.

Debo hacer un disclaimer: aventureros al fin, queríamos ir a un cenote desde que aterrizamos. Lo que no sabíamos es que no todos los cenotes son iguales. Hay algunos bastante “adecuados” o “adaptados” para que visitantes de todo tipo puedan acceder a ellos. Más turísticos, si se quiere. Hay otros más “auténticos”, que todavía conservan su espíritu original y son protegidos por la comunidad local, a quienes se le paga un monto mínimo que va destinado a su mantenimiento básico. 

Nuestro primer intento fue de este último tipo, visitando el cenote Noh Mozon, y definitivamente subestimamos lo impresionante que puede ser ver un cenote por primera vez. Entendí al tiro por qué la cultura maya veía a los cenotes como la entrada al inframundo: había una caída de unos 10 o 15 metros antes de bajar a un hoyo de agua turquesa, pero oscura, claramente por lo profunda que era. Todo rodeado de árboles, precioso. Pero nadie alrededor para ayudarnos si pasaba algo. 

Así que, esta vez, preferimos improvisar menos e irnos con un guía local. Conectamos con Alejandro, quien nos recibió en su casa y desde allí nos montamos en el motoconcho más vacano que he visto en mi vida: tiene una carreta de hierro enfrente, con asientos y un techo que te protege del sol. Te dejo un video en mi Instagram (@elinacastillo) para que lo veas.

En Homún, la comunidad vive principalmente del turismo por los cenotes de la zona. Muchos hombres, como Alejandro, son guías: te llevan a todos los cenotes que quieras de los 13 abiertos en la zona, durante un día completo, te explican la historia de cada uno y te orientan sobre cómo acceder y nadar en ellos. El servicio cuesta $250-$300 pesos mexicanos por todo el día y se aceptan grupos de hasta 4 personas.

Pro-tip: Muchos de estos cenotes pueden ser visitados por cuenta propia y están señalizados en Google Maps, pero te recomiendo conectar con Alejandro (+52 999 905 9551) o llegar directamente al centro de Homún en tu carro o transporte público y elegir un guía allí. Además de apoyar la economía local, es una buena forma de visitar los cenotes de forma cómoda, segura y responsable. 

Decidimos hacer 4 cenotes con Alejandro, cada uno hermoso, impactante y diferente del otro: Tza-Ujun-Kat, Balmil, Canunchen y Hool Cozom. Luego, en la misma zona, visitamos por nuestra cuenta otros 3 en Cenotes Santa Bárbara, que también recomendamos. 

Aquí es bueno que sepas que hay varios tipos de cenote. Por ejemplo, hay cenotes de tipo cueva o cerrados, donde no entra nada de sol y solo está iluminado por algunos bombillos artificiales que las mismas comunidades o centros turísticos colocan.

El primer cenote de Santa Bárbara es de este tipo. Una se siente como que está nadando en las profundidades de la tierra, pero con agua muy fría. En estos es más difícil tomar fotos y pueden ser algo complicados para personas claustrofóbicas. 

Hay cenotes semiabiertos, con una cavidad por donde entra la luz del sol,  y que se creó cuando, en algún momento de su vida, una parte de la bóveda de la cueva del cenote cayó. Mientras más abiertos, más longevos. Muchas veces, también pasan raíces de árboles, como el álamo. En la sabiduría local se dice que donde hay uno de estos árboles, hay un cenote debajo, por la forma cómo sus raíces crecen buscando agua.

Cenote Tza-Ujun-Kat. En este puedes, ver el ojo de agua del cenote.

En otros cenotes semiabiertos, también se pueden hacer clavados o saltar de cuerdas. De los 4 cenotes que visitamos, el Canunchen es un buen ejemplo:

Cenote Canunchen. Así quedé, luego de lanzarme desde una plataforma de 4 metros de alto… ¡mira esos colores!

También hay cenotes-gruta, que pueden ser semiabiertos o cerrados, pero donde todavía puedes apreciar la parte de la cueva sin agua y la formación de estalactitas y estalagmitas. De este tipo es el cenote Balmil, mi favorito de los 4 que visitamos.

Cenote Balmil, con su gruta súper impresionante y agua muy cristalina.

Lo que más me gusta de los cenotes, además de lo diferentes que son entre sí, es el color y las transparencias de sus aguas. Hay azules, turquesas y hasta verde esmeralda, como el cenote Hool Cozom, que visitamos en Homún: 

Cenote Hool Cozom y su “techo de golondrinas”

Pro-tip: Visita los cenotes durante la mañana y no más tarde de la 1 pm, para que puedas apreciar lo mejor de dos opciones. Mientras más temprano llegues, más chances de que tengas el cenote para ti sola o con muy poca gente. Ahora bien, mientras más cerca del mediodía, podrás apreciar mejor los colores del agua. Cuando el sol les da de lleno, es un deleite nadar en ellos, pero también es genial llegar a primeras horas de la mañana y apreciarlos en silencio. Puedes organizar tu día para visitar los que te resulten más atractivos en función de lo que preferirías vivir en cada uno.

Hay algunos puntos importantes para visitar cualquier cenote. Te los comparto para que los tengas en cuenta al momento de tu aventura:

  1. Lleva suficiente efectivo para pagar tus gastos. En la zona, los cenotes cuestan aproximadamente $50 pesos por persona y no aceptan tarjetas. En los paradores, sí puedes pagar con tarjetas y la entrada cuesta entre $100 y $200 pesos por persona, dependiendo de las facilidades que ofrecen y los cenotes que incluye. Por ejemplo, Santa Bárbara incluye 3 cenotes, bicicletas, baños y vestidores por $200 pesos. 
  1. Algunos cenotes, como los de Santa Bárbara, están dentro de un “parador” y cuentan con servicios de restaurante. En Homún, casi todos los cenotes son manejados por el ejido o la cooperativa local, por lo que te recomiendo llevar tu propia comida o varios snacks. También puedes preguntarle a tu guía si te puede llevar al centro a comer. Nosotros comimos ya al final del recorrido, para aprovechar el tiempo.
  1. Los cenotes son delicados, así que es importante cuidarlos: no te pongas protector solar ni repelente antes de entrar a uno para evitar que dejes esos residuos en el agua. 
  1. Para evitar contaminación cruzada, además de lo anterior, en muchos cenotes, te piden enjuagarte o darte una ducha antes de entrar. Te recomiendo ir vestida con tu traje de baño, para que el proceso sea más práctico. Lleva también zapatos de agua.
  1. Lleva equipo de snorkeling o goggle/lentes de nado en tu mochila, para que puedas apreciar los pececitos y las estalagmitas. Casi en todos los cenotes puedes dejar tus cosas en las escaleras o la plataforma de acceso. 
  1. En la gran mayoría de cenotes, te incluyen un chaleco salvavidas en tu ticket de entrada o te dan la opción de alquilarlo por un costo adicional. Te recomiendo tomarlo, aun si sabes nadar, porque te puede dar más libertad y confianza para explorar, ya que los cenotes pueden ser algo “engañosos”: en un momento, estás en un área de 2-4 metros de profundidad y al siguiente, te sumerges y ves una caída de más de 10 metros de profundidad.  
  1. Los cenotes de la zona de Homún-Cuzamá, en su mayoría, abren entre 9 y 10 am y cierran a las 5pm. Casi todos tienen ciertos controles de acceso por la pandemia, principalmente el tiempo que puedes estar en ellos (aprox 30 minutos). 

Los cenotes pueden ser intimidantes, pero espero que, si algún día visitas Yucatán, te animes a visitarlos siguiendo estos tips. Nadar en esas aguas de colores tan especiales, con estalactitas sobre mi cabeza, las estalagmitas a mis pies y raíces de álamos a mi alrededor, es una experiencia que no olvidaré y me encantaría que más mujeres jóvenes del sur global puedan vivirlo. ¡Cuéntame si vas algún día!